martes, 2 de noviembre de 2010

Nuevos Retos de la Educación Sexual

Por: Departamento de Psicología del Colegio Mayor Alférez Real

En días anteriores concluí como nuestro desarrollo sexual es parte inseparable de lo que somos, es una expresión natural-propia de cada individuo. Esta impregnado en nuestras palabras, miradas, movimientos, sensaciones e interacciones.

Quisiera entonces, compartirles un acercamiento hacia los nuevos retos de la educación sexual, en los cuales podremos sondear las necesidades reales de los jóvenes, y como a lo largo de la historia esta información ha ido adquiriendo nuevos matices. Para lograrlo, se hace indispensable situarnos en el presente, alejados de prevenciones y misterios, asumiendo una actitud de apertura y reflexión, en otras palabras, en una actualización mental de nuestros esquemas. De este modo, podremos enseñar informal o formalmente, dependiendo el contexto donde nos ubiquemos, propiciando confianza, en el planteamiento de sus inquietudes, donde es determinante escucharlos, sin maquillarles la verdad, al contrario si ya conoce un tema, no retroceder, sino acompañar con claridad absoluta. Para ello es fundamental resolver los miedos aprendidos y permitirse ponerse en el lugar del otro y en el momento que vive.

Contextualizándonos en las prioridades de los jóvenes encontramos como la imagen corporal ha tomado auge a través de las cirugías plásticas, evidenciando con ello, la falta de aceptación de su cuerpo. Por ejemplo, una joven que fuera a cumplir los 15 años anteriormente pedía como regalo un viaje o fiesta. Ahora, piden una cirugía específica. Otro elemento que esta tomando fuerza, es el metrosexualismo, fenómeno en donde el hombre se preocupa constantemente por su apariencia física, sin temor a mostrarlo socialmente. Por ejemplo, el cuidado de su piel mediante mascarillas, el arreglo de sus uñas, tinturación del cabello, ropa de moda, entre otras. Las modas estéticas son otros de los retos a los cuales nos enfrentamos. Se enfocan en la imitación de siluetas corporales y en el rechazo de su figura propia, por ejemplo “quiero ser delgada”. En consecuencia, aparecen trastornos alimenticios como la bulimia y anorexia. Así mismo, Es importante conocer los códigos de comunicación que manejan los jóvenes cotidianamente, y aunque estas expresiones suelen tornarse como vulgarismos, son producto de una distorsión que ellos han creado para manifestar el cariño por el otro. Desafortunamente estos códigos están socialmente aceptados y se han instaurado como un modo de comunicación cultural. De igual forma, el surgimiento de Internet ha marcado una pauta significativa en la creación de relaciones virtuales las cuales además de robar concentración en otras actividades, generan un deterioro en el contacto personal con el otro. Un ejemplo palpable es el Facebook. Así mismo, no debemos desconocer como algunos jóvenes a temprana edad asumen la maternidad y paternidad siendo aún estudiantes, relaciones sexuales sin compromiso, y en otros casos relaciones homosexuales que se muestran sin ninguna restricción social.

No es sano que en nuestro afán por ocultar la realidad que vivimos, pretendamos incorporar en una urna a nuestros jóvenes. Con ello, no solo limitamos su posibilidad de desarrollar habilidades sociales, sino que además le causamos frustración y le trasmitimos temores y ambigüedades que son SOLO nuestras.

Es pertinente preguntarnos: Qué esta pasando al interior de los jóvenes?

Las familias han ido sufriendo una separación simbólica y emocional. No solo hablamos de separaciones físicas. Es claro, que todos habitan la misma casa, pero nadie sabe el drama y dolor del otro, sencillamente porque no hay vínculos. Las relaciones se limitan a un saludo, y a un proceso de rutina, donde se desconoce los sentimientos y experiencias de nuestros seres cercanos. El joven por su parte, en su búsqueda de ser reconocido, y de pertenecer adopta comportamientos culturales y olvida trabajar sus propias necesidades y potencialidades. Al sentirse insatisfecho, ignora como debe orientar su vida hacia la realización de sus metas y la toma de decisiones en sus relaciones con los demás.

Es así, como la educación sexual debe suministrarnos criterios y discernimiento. Es necesario comprender que en todos los espacios donde vivimos estamos aprendiendo y enseñando, inclusive con nuestro silencio estamos educando. Permitir que nuestros jóvenes expresen sus sentimientos abiertamente, y se involucren en sus propias experiencias de una manera responsable es un principio valioso hacia el añorado cambio.

Próxima VIDEOCONFERENCIA martes 9 de Noviembre a las 9:00am en www.livestream.com/cmartv

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